Atlas
Alberto Martín
Constelación
es el nuevo proyecto artístico de Carmela García, producido
en su totalidad por el MUSAC y diseñado específicamente
para sus espacios. En Constelación la artista abre y amplía
su habitual registro fotográfico para extender su propuesta a través
del vídeo, el dibujo, la instalación, la apropiación
o el taller. Dando continuidad a una larga trayectoria de indagación
en torno al género y la identidad, en esta ocasión la artista
ha construido su nuevo trabajo sobre la base de una referencia espacio-temporal
concreta: una ciudad, Paris; un lugar, la margen izquierda del Sena; y
un tiempo, el periodo de entreguerras, las décadas de los años
20 y 30. Y sobre este escenario ha rastreado, documentado y reconstruido
un conjunto de personajes, de identidades, que coincidieron en ese tiempo
y en ese espacio, y que a menudo convivieron y colaboraron entre sí:
un grupo de mujeres singulares que a través de su actividad cultural,
artística y social, y de su propia forma de vida, marcaron el debate
sobre la mujer moderna, desafiaron las convenciones y los modelos jerárquicos
dominantes en torno a lo masculino y lo femenino, y modificaron los referentes
y los comportamientos socio-culturales de un modo que aún hoy conserva
su vigencia. Los nombres de Berenice Abbott, Gertrude Stein, Eileen Gray,
Suzi Solydor, Janet Flaner, Telma Woods, Marie Laurencin, Claude Cahun,
Suzanne Malherbe, Sylvia Beach, Adrienne Monnier, Tamara de Lempicka,
Colette, Channa Orloff, Romaine Brooks, Djuna Barnes o Natalie Barney,
entre otros, son la constelación a la que hace referencia el título
de esta exposición y las presencias que se filtran entre las obras
que la componen.
Carmela García ha rastreado las vidas de estas mujeres, sus obras,
la imagen y la carga simbólica de cada una de ellas, las relaciones
que mantuvieron y los lugares que habitaron, y con todo ello ha re-construido
la cartografía de una identidad colectiva. Un trabajo de restitución
y actualización que remite en su conjunto a cuestiones fundamentales
como la relación entre espacio, memoria e identidad, geografía
y género, la representación y la autorrepresentación
del sujeto, la autopercepción como forma de pensar y construir
la identidad, o la relación entre identidad artística e
identidad sexual.
Este
proceso de búsqueda y reflexión sobre el que se asienta
este proyecto se configura como punto de partida de la exposición.
Un enorme collage, titulado Constelación ha sido trasladado desde
el espacio de trabajo de la artista a las salas del MUSAC. En él
se puede seguir el proceso de articulación del proyecto, las pistas
seguidas y las abandonadas o no abordadas, las conexiones que se han ido
estableciendo, las intuiciones, los lugares identificados sobre el plano
de la ciudad de Paris…Es el cuaderno de notas de la artista desplegado
sobre la pared, en el cual se puede ver el esbozo de una geografía
y un imaginario que transita entre lo real y lo artístico, lo histórico
y lo verosimil. Desde ahí el espectador puede proyectar o reconstruir
la exposición, plantear su propio proceso o establecer sus propias
conexiones.
A partir de esta pieza inaugural, la exposición desarrolla dos
líneas que se entrecruzan e interrelacionan, y a través
de las cuales se despliega una doble cartografía construida por
el flujo continuo entre referentes documentales y artísticos de
la época y un trabajo de reconfiguración de los mismos a
través de la reconstrucción y la ficcionalización
. Una cartografía espacial que revisita los lugares donde vivieron
y crearon estas mujeres y una cartografía de la identidad que evoca
y actualiza la imagen simbólica que ellas desarrollaron como personajes
mediante un equilibrio entre representación y autorrepresentación.
La serie de retratos I want to be… profundiza precisamente
en ese juego entre representación y autorrepresentación.
Tomando como base principal los retratos que realizó Berenice Abbott
de muchas de estas mujeres, Carmela García los replantea actualizándolos,
trayéndolos al presente y a nuestro cotidiano. La mirada de la
artista sobre los personajes del pasado se superpone e intercambia con
la mirada actual sobre otros personajes, generando así un cruce
visual que nos habla de las posibilidades de construcción de la
imagen de la mujer a través de identidades nuevas, imaginadas o
representadas.
Otras dos piezas de la exposición aparecen estrechamente relacionadas
con esta serie. Casting propone un juego de adscripción
de personajes y roles a partir de una reflexión sobre los condicionantes
de la producción de la imagen. Carmela García ha imaginado
un extenso reparto en el que adjudica a conocidas estrellas del star system
el papel de los diferentes personajes históricos que ha tomado
como base para este proyecto. En constraste y contraposición con
I want to be…, aquí se pone de relieve el artificio en la
fabricación de la imagen, el peso de lo fotogénico y el
predominio de las convenciones en la representación del sujeto.
Un elemento de intersección entre estas dos propuestas es la obra
Une fête dans le jardin, una extensa serie de dibujos
que a modo de storyboard plantea una película muy diferente a la
que podemos imaginar en Casting. Aquí la recreación del
pasado se sitúa en la productiva frontera de lo verosímil,
en la transformación de la fuente documental en una ficción
verosímil y alternativa cargada de simbolismos y significados.
Una reconstrucción subjetiva que evoca y atestigua a su vez su
pertenencia al proceso de construcción de una subjetividad más
compleja y amplia como es la subjetividad femenina. Proceso de construcción
en el que el grupo protagonista de este posible guión fue parte
originaria y destacada.
Como conclusión y reflejo de lo que plantean estas tres obras se
sitúa un Espejo intervenido por la artista, en el que sobre la
superficie pulida aparecen inscritos los nombres de las mujeres abordadas
en la exposición. El espejo es un elemento crucial y muy representativo
en la estrategia de construcción de la identidad por su potencial
simbólico y perturbador: en él aparece simbolizada la importancia
de la autopercepción y la subjetividad, la tensión entre
reflejo y representación, entre imagen e identidad. Carmela García
evoca el “espejo mágico” y el “espejo con memoria”
de Claude Cahun y sintetiza así, en su reflejo, el juego de identidades
y subjetividades subyacentes en el conjunto del proyecto.
La cartografía de los lugares antes mencionada tiene su desarrollado
en Escenarios, una gran pieza, compuesta por una treinta
de fotografías de diversos formatos que en su distribución
espacial por la pared reconstruyen un mapa imaginario basado en la memoria.
Lugares que están tratados en el conjunto como atmósferas
de identidad y de cruce, de afirmación y de encuentro: domicilios,
estudios, jardines, calles, librerías, brasseries y locales
nocturnos. Un mapa que registra con la misma desnudez permanencias y desapariciones,
que da cuenta sin afectación de la conversión de la librería
de Adrienne Monnier “Les Amis des Livres” en una peluquería,
o de la transformación del cabaret que abrió Suzi Solydor
en un club de alterne, de la misma manera que fotografía el domicilio
de Colette o el estudio perfectamente conservado de Channa Orloff. Las
escasas placas o textos que rememoran la presencia de estas mujeres en
esos lugares atestiguan también la monumentalización selectiva
de la que han sido víctimas. Permanencias y desapariciones que
construyen un campo de visibilidad para esa estrecha relación entre
género y lugar, entre identidad y espacio. Estos Escenarios trazan
un recorrido por la ciudad de Paris que se convierte automáticamente
en una metáfora espacial de la identidad. La estrategia formal
que envuelve estas fotografías tiene mucho que ver con el acto
de refotografiar y recartografiar, de volver sobre lugares que ya han
sido registrados para subvertir, releer o redefinir los elementos materiales
que los componen y los aspectos simbólicos que contienen. Las mujeres
que habitaron y habitan estos escenarios con su presencia simbólica
construyeron una estrecha relación entre sus vidas y sus universos
creativos, tejieron un estrecho lazo entre la persona y el personaje como
vehículo emancipatorio y de afirmación de una identidad.
Un aspecto que aquí se traduce en imágenes mediante la alternancia
de interiores y exteriores, del espacio público y del espacio privado,
la esfera íntima y la esfera social, dos ámbitos tradicionalmente
separados que consiguieron conciliar a través de sus elecciones
y su modo de vida. De este modo, los escenarios vacíos de personajes
de Carmela García son una forma de enunciar una ausencia, una topografía
invisible, que emerge como memoria y símbolo.
De esa misma cuestión se hace cargo el video Bord de mer,
un recorrido por la casa diseñada y construida por Eileen Gray
que va transformando sus espacios en un paisaje interior con una cualidad
poética y subjetiva que se ve reforzada por el continuado sonido
del mar. El sonido del agua arrastrando las piedras y la luz que baña
el interior de la casa son una presencia inalterada por el tiempo que
contrasta con los materiales del edifico envejecidos por el paso de los
años. El lugar y las estancias se dilatan por la evocación
simultánea de presencia y ausencia para irse transformando progresivamente
en paisaje de memoria.
Constelación es una exposición que se va
construyendo como una metaficción: personajes, espacios, obras
e identidades que se entrecruzan e interrelacionan a partir de materiales
documentales, artísticos y de ficción. Que recorre el tránsito
de la persona al personaje y los iconos biográficos que representan
estas mujeres como iconos de una cuestión más amplia como
es la identidad. Que representa los lugares y los escenarios como paisajes
simbólicos y de memoria. Que aborda la ficcionalización
de aquellos personajes y la posible ficcionalización de nosostros
mismos como un proceso cargado de potencial transformador. Escenarios
y personajes que en Constelación se configuran
como verdaderas estilizaciones biográficas, como iconos biográficos
y de identidad permanente actualizados.Con motivo de la exposición
se realiza una publicación con el mismo título que está
concebida como un libro de artista de gran formato. Sus páginas
recorren este nuevo proyecto de Carmela García y en él se
funden materiales documentales, ficticios y artísticos. Aparecen
reunidos los retratos que llevó a cabo Berenice Abbott de estas
mujeres, obras de Romaine Brooks, Gisele Freund, Thelma Woods, Marie Laurencin
o Claude Cahun-Suzanne Malherbe, entre otras, y entrelazado con este material
las imágenes que ha realizado Carmela García reconstruyendo
estas identidades en personajes actuales o revisitando los escenarios,
tanto públicos como privados, donde desarrollaron sus vidas.
*Texto
para el catálogo de la exposición "Constelación"
en MUSAC,León.
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